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Por: Marcelo Ernesto Tovar Zanella
Hay obras que dejan huella, pero hay otras que sólo buscan recordarle a la ciudadanía cual gobierno o partido les dejó dicha obra, el cual deberán tener presente a la hora de votar en la siguiente elección.
Es por eso que teñir las calles, propiedades y obras del gobierno según el partido en el poder se ha convertido en una práctica muy común, en una forma de hacer campaña con los recursos de las y los ciudadanos tatuando cada cosa con el color del partido, con el color oficial, con el logotipo o con el lema de gobierno.
En todo el país en la medida que se fue dando la alternancia en los gobiernos municipales, estatales y federal, la costumbre de poner el sello del partido en el poder fue creciendo. Y en Ciudad Valles lo hemos visto, como han cambiado los colores de las guarniciones de las calles, de los depósitos de basura, plazas, bulevares, de las patrullas municipales, de los edificios; todo con el afán de que ahí gobierna tal o cual ideología política, que todo lo que se haga en la jurisdicción que corresponda es gracias a que ese partido está en el gobierno y que si se quiere que siga yendo bien vote por el mismo color.
En nuestro municipio el caso que más recordamos es el de la plaza principal que todos conocen como Jardín Hidalgo, la cual no siempre ha sido igual pues a la llegada de Antonio Esper Bujaidar este le imprimió su sello particular al construir una plaza que sin bien era muy bonita, vista desde el aire parecía una letra E, símbolo con el cual se identifica a la empresa de la familia del ex alcalde.
Razón por la cual el alcalde que le prosiguió después de su segundo periodo en 1991, Eligio Quintanilla González decidió transformar y dejarla como la conocemos ahora a base de piedra de corte. Hecho al cual muchos han criticado por considerar que el cambio obedeció a una vanidad del en ese entonces edil, al sólo reemplazar una E de Esper por una Q de Quintanilla, atribuyendo que el Kiosco desde arriba tiene esa forma.
Posteriormente a este mismo alcalde le harían ver su suerte pues la que alguna vez funcionó como Escuela Granja “Vickos” (en alusión a su esposa Victoria Álvarez), recibió una remodelada que incluyó el cambio a colores blanquiazules y un nuevo nombre, Villa el Cielo.
Los pocos parques que existen en la ciudad también recibieron el sello distintivo del alcalde Rómulo Garza Martínez, pues si bien no fue el quien los construyó sí les dio una manita de gato al pintarlos con los colores de su partido, pues algunas semanas antes de llevarse a cabo la elección de 2009, los postes, lámparas, barandales y jardineras de los parques Rafael Curiel, Colosio y Pipila fueron coloreados de blanco y azul.
La primera señal que mostró el actual Ayuntamiento de Socorro Herrera Orta de comenzar a poner en segundo término la imagen de “Manos a la Obra” (emblema de su antecesor Rómulo Garza), fue cuando los policías municipales recibieron la orden de retirar las calcas de dicho emblema en sus vehículos policiales así como quitar el bordado de sus uniformes, para como dice la canción del desaparecido grupo Bronco, “Que no quede huella, que no, que no, que no quede huella”.
Recientemente la Dirección de Obras Públicas esta realizando el cambio de nomenclaturas en las esquinas de cada una de las calles de la zona centro y de los principales bulevares y avenidas, curiosamente las placas llevan los colores blanquiazules del gobierno panista de Socorro Herrera Orta.
Las últimas placas de este tipo fueron colocadas por el alcalde Rómulo Garza Martínez, quien instaló placas hechas de un aleación de cobre y estaño las cuales eran de color negro y café. Hoy día estas placas están siendo reemplazadas por otras del mismo diseño y proveedor, pero con los colores distintivos del Partido Acción Nacional, que son el blanco y azul. Y esto mismo se puede apreciar en los colores de algunos edificios como el Sistema Municipal DIF, que afortunadamente no han llegado a la presidencia municipal, pues había sido costumbre y capricho de algunos alcaldes cambiar los colores del palacio a su antojo.
¿Deberían preocuparse los alcaldes por que la gente los recuerde (sobre todo el dia de las elecciones) por sus obras? o bien ¿construir obras que verdaderamente beneficien a la ciudadanía sin importar si son recordados o no? La costumbre se seguirá perpetuando mientras los gobernantes en turno no dejen de reflejar su vanidad en sus obras.
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