En medio de una ciudad que no cuenta con un parque industrial, con baja inversión por parte del sector privado, que depende del sector azucarero y de los cheques del magisterio, el Turismo se ha convertido en la fuente de ingresos de mayor crecimiento en los últimos años.
Hoy en día con la violencia generalizada, el incontenible e impredecible clima y la crisis económica del país del ramo de servicios turísticos vislumbran un futuro muy negro para el turismo. Por que pese a la promoción en medios impresos, folletos, radio, Internet y hasta fastuosos videos con una producción de primera calidad no se ha podido rescatar a un turismo que se encuentra en agonía.
En 2008 una serie de inundaciones dejaron a la Huasteca Potosina seriamente afectada, millones de perdidas en ganado, cultivos, vivienda e infraestructura carretera y turistica dejaron ver la vulnerabilidad del gobierno ante la poderosa fuerza de la naturaleza.
Justo al despertar a un nuevo año, la amenaza de una pandemia se hizo presente y no sólo la Huasteca resultó afectada; el país entero quedo evidenciado ante el mundo como la zona cero donde se detonó el contagio de la Influenza AH1N1 que provocó que los gobiernos optaran por cerrar todo establecimiento público como cines, antros, restaurantes, cafeteras y lugares de concentración masiva.
La propaganda antimexicana corrió como pólvora por todo el globo y turistas internacionales comenzaron a cancelar reservaciones, posponer viajes o definitivamente optar por no venir de vacaciones. Durante semanas los hoteles y restaurantes lucieron vacíos pues hasta los turistas nacionales tenían miedo de viajar pues San Luis Potosí se había colocado como un foco rojo en cuanto a contagio del virus AH1N1.
El 2009 terminó y las cuentas bancarias estaban en números rojos, algunos hoteles optaban por disminuir platilla laboral otros buscaban promocionarse en distintos medios, acudían a la Secretaria de Turismo en busca de apoyo, solicitaban prestamos bancarios, hipotecaban sus edificios pues se rehusaban a dejarse vencer.
Fue así como las expectativas estaban puestas en el 2010, el año de los centenarios de México. El sector turístico le apostaba a que la psicosis por el virus de la influenza había sido superada además al ser levantada la emergencia sanitaria por el Secretario de Salud Federal y al difundir la campaña “VIVE MEXICO” en los principales medios de televisión, se esperaba que los turistas internacionales y nacionales confiaran nuevamente en el turismo mexicano.
Pero justo cuando todo parecía normal, la violencia se desató, pues organizaciones criminales comenzaron a realizar ataques, enfrentamientos, extorsiones y secuestros, fue entonces como las notas rojas comenzaron a inundar los encabezados de los principales diarios, el Internet estaba plagado de información de este tipo. Con la rapidez que se difunde un email en la red comenzó a circular uno dedicado a Ciudad Valles en el cual a manera de mofa se burlaban de lo que pasaba y hacían un itinerario para que el turista presenciara cuanto hecho delictivo pudieron imaginar los creadores de ese email.
Dato curioso el correo fue creado en el DF por un paisano, el contenido sólo fue adecuado y se le cambiaron algunos textos para ubicarlo en el contexto de la ciudad pues el original fue desarrollado para Matamoros, Tamaulipas. El daño estaba hecho la ciudad había quedado evidenciada, sin datos o información confirmada, quien leía esa información decidía no aventurarse a visitar Ciudad Valles y la Huasteca Potosina.
Justo cuando el sol se ponía en la cúspide y el calor se incrementaba el verano llegó y los empresarios del sector turístico anhelaban que la temporada fuera su salvación. No fue así. El clima demostró una vez más su fuerte temperamento, mantuvo inundadas grandes extensiones de tierra, provocó el cierre de los parajes turísticos de mayor atractivos como Tamul y Micos. Dejó sin actividades acuáticas cientos de vacacionistas que esperaban en sus habitaciones a que dejara de llover.
Por si fuera poco la negligencia de dos prestadores de servicios y la sinrazón de varios turistas españoles aunado a las fuertes corrientes del paraje que conduce a Tamul fueron la mezcla perfecta para terminar en desastre con cuatro victimas mortales. Nuevamente los destinos turísticos de la Huasteca Potosina quedaron en evidencia y esta vez ante el mundo pues la noticia cobró tal magnitud que el Gobierno Español se mostró indignado y en aquel país las protestas contra las autoridades de Aquismón no se hicieron esperar. Con esa tragedia término una de las temporadas fuertes con la que se soñó poder recuperarse de los años anteriores que sólo habían puesto al turismo en estado agonizante.
Hoy día los empresarios temen que el turismo se quede en coma, pues de ellos dependen cientos de empleados. La Asociación de Hoteles y Moteles de Valles y la Huasteca cuenta con 20 afiliados los cuales manejan de 30 a 50 empleados a los que deben de pagar o si no se irán. Sumado a los salarios deben pagar insumos como agua potable y energía eléctrica que en esta zona es muy utilizada pues el calor se hace presente casi todo el año, lo que eleva la cuenta por pagar. Además deben agregar gastos de mantenimiento, reparación, impuestos, permisos que deben de pagarse de inmediato o podrían hacerse acreedores a multas o incluso la clausura de su establecimiento.
Son una de las principales fuentes de empleo en la ciudad y la región, y debido a tres muy malos años se encuentran en riesgo miles de empleos, sobre todo familias que dependen de ellos. Hay hoteles que pertenecen a importantes cadenas nacionales que nada puede hacer por que el turismo esta muy mal en todas partes, hay restaurantes que deben de cerrar por que la inseguridad aleja a los clientes y ya nadie consume en sus locales, hay agencias que no reciben turistas por que ya nadie quiere viajar a lugares con parajes turísticos que encuentran cerrados por el clima.
El 2010 está terminando y las oportunidades para los empresarios turísticos también. El gobierno no ha mostrado interés en apoyar y ha dejado de lado el turismo cultural como opción de salvación. La falta de información real o el exceso de ella ha causado desconfianza en el turista pues ahora todos creen lo que leen en un blog y con eso condenan a que el turismo esté en agonía.
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