lunes, 6 de septiembre de 2010

Desastres y Cambios: La nueva encrucijada mexicana

“La generación actual de jóvenes se encuentra frente a un escenario muy complicado, el cual en pocos años le será heredado a su generación y donde las alternativas de solución parecen ser muy complicadas si no que imposibles: Paul Crutzen”

Premio Nobel, Panel Cambio Climático, World Youth Conference 2010


Foto: cortesia La Cronica
Las impresionantes lluvias, el desbordamiento de los ríos, los vientos y las tormentas que han inundado calles y avenidas y el intenso calor que por temporadas padecimos y del que los expertos aseguran que el pasado mes de mayo ha sido el mes más caluroso desde que se tiene memoria, son hechos que indican que el clima está cambiando, pues llueve cuando se supone que es temporada de sequias y hace calor cuando debería hacer frio. Los cambios climáticos tan bruscos, así como el “efecto invernadero” o el deshielo de los polos, se atribuyen al cambio climático, cuya causa puede ser una respuesta de la naturaleza a los abusos que los habitantes de la tierra han cometido en su contra. La tala de árboles, convertir los ríos en drenajes y basureros y el uso desmedido de combustibles contaminantes entre otros.
El cambio climático es un tema que preocupa no solo a un país o región, sino al mundo entero. Sus efectos se están sintiendo de forma generalizada; algunos países son más afectados que otros debido a su nivel de desarrollo, pero todos sufren sus consecuencias.

Se estima que 26 millones de personas en el mundo ya han sido desplazadas a causa del cambio climático. De 2009 a 2015, podrían serlo 375 millones y para 2050 se calcula que 20 millones de personas serán, cada año, reubicadas por falta de alimentos, degradación ambiental y perdida de la tierra. Algunas grandes ciudades dependen para su suministro de agua de los recursos hídricos de montañas, los cuales están al borde del colapso.

En el caso de México, un país que es vulnerable a distintos desastres naturales; en particular aquellos que tienen que ver con sismos, volcanes, ciclones y huracanes. Aparte de los peligros que esos fenómenos representan para la población civil, los daños que los desastres naturales ocasionan en la economía del país son muy elevados.

Entre 1980 y 1999 hubo una pérdida total de 10 mil 400 millones de dólares producidos por diferentes catástrofes naturales. En 2005, año en que se registro la peor temporada de huracanes de la historia reciente de México, los costos económicos directos asociados alcanzaron 0.6% del Producto Interno Bruto (PIB).

Se estima que 15% del territorio nacional de México, 68.2% de su población y 71% de su PIB se encuentran altamente expuestos al riesgo de impactos adversos asociados con el cambio climático. México presenta también una situación de alta vulnerabilidad a los efectos del cambio climático por estar situado en varias zonas climáticas.

En el noroeste tienen lugar sequias que afectan el acceso al agua de la población civil, mientras en el sureste se producen inundaciones que llegan a dañar ciudades y tierras de cultivo. Durante los últimos años estos fenómenos tienden a repetirse cada vez con mas frecuencia.

La infancia, en términos generales enfrenta una vulnerabilidad particular frente al cambio climático, que se traduce en el aumento de enfermedades diarreicas y paludismo, entre otras, asociadas con fenómenos meteorológicos.

Además, se enfrenta a la escasez de agua y alimentos y a los efectos de los desastres naturales que se presentan en los países en desarrollo y que pueden orillar a los niños y niñas a abandonar sus hogares, ser separados de sus familias o quedar huérfanos, convirtiéndose así en víctimas potenciales de abusos por parte de otros adultos.

La vulnerabilidad de México ante el cambio climático, aunada a la alta proporción de su población que es menor de edad, hace que el impacto de los fenómenos meteorológicos se intensifique en este grupo de edad, considerando que se trata también de una población fuertemente afectada por la pobreza y la desigualdad.

Un ejemplo de cómo repercuten en los niños y adolescentes los fenómenos meteorológicos se observo durante las intensas lluvias e inundaciones de octubre de 2007 en Tabasco, donde aproximadamente 70% de la población fue directamente afectada por la contingencia y, de este porcentaje, aproximadamente 45% (unas 520 mil personas) eran menores de 15 años de edad.
Fuentes: CEPAL 2008. UNICEF 2007 y 2009, SEMARNAT 2009, World Youth Conference 2010.


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