sábado, 7 de mayo de 2011

¿Presuntos culpables?


Por: Marcelo Ernesto Tovar Zanella 


Como si fuera el guión de una telenovela, la historia del Relleno Sanitario ha ido evolucionando de momentos sensibles a dramáticos, en esta historia como en cualquiera de la pantalla chica han existido héroes, Enrique Trejo Azuara por un lado; y villanas, Claudia Angélica Rodríguez por el otro; historia que ha sido entretejida desde el privado ubicado en calle Juárez entre Morelos y Pedro Antonio Santos.

Pero desde que la historia ha sido producida por la Secretaría de la Función Pública, los roles se ha invertido y han aparecido personajes nuevos y algunos roles se han intercambiado. Enrique Trejo Azuara ha dejado de ser el héroe, no sólo por que se lavó las manos durante su festejo en el remedo de parque a la rivera del río, al señalar que el sólo ayudó a la gestión del recurso, mas nada sabía de las irregularidades del proyecto.



Otro personaje, el Secretario de Ecología y Gestión Ambiental, Manuel Barrera Guillén, quien destapó al nuevo héroe tras la gestión del recurso, el senador panista Alejandro Zapata Perogordo, quien nunca apareció en escena pero a el se le debe la obtención de las cinco firmas de Secretarios de Estado para conseguir esos tan extrañados 28 millones de pesos.



La gran villana del cuento a quien se le atribuye el poder de arrebatarle a todo un aparato de gobierno un millonario proyecto, la regidora del Partido Verde Ecologista de México, Claudia Angélica Rodríguez Almendarez; se transformó tan sólo en la víctima de ese aparato de gobierno que trató de encontrarle un culpable al fracaso, y que este culpable no fuera uno de ellos.



No obstante el remolino mediático levantado tras la cancelación del recurso, obligó quizá al aparato de gobierno, a entregar a un culpable y fue así como en la sesión ordinaria de Cabildo del día viernes 29 de abril, se anunció que en una sesión extraordinaria se darían a conocer los nombres de los culpables de generar los errores que llevaron a la Secretaría de la Función Pública a objetar el proceso de adjudicación de la obra.



Y ahí ese lunes 2 de mayo, con la incógnita de quienes serían los culpables, pocos eran los que conocían acerca de la reunión que un día antes había sostenido la alcaldesa Socorro Herrera Orta con el titular del Comité de Desarrollo Social, Víctor Manuel Sierra Curiel; a quien quizá le adelantaba lo que en sesión de Cabildo estaba por acontecer.



La sesión comenzó, el Contralor Eliseo Moreno al fin después de meses de ser perseguido por la regidora Lilia del Carmen Lara Compeán y por el Síndico Enrique Herrera Marroquín; tenía información. Había culminado su proceso de investigación y finalmente podía salir al balcón presidencial y decir: Habemus Culpabili.



El vocero municipal, Edgar Enrique Sánchez González, daba a conocer que en base a los artículos 75 y 76 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y Municipios de San Luis Potosí se realizaba una amonestación privada a Víctor Manuel Sierra Curiel, en calidad de Secretario Técnico del Comité de Obra y Servicios, y a Nahúm Azuara Meraz, Director de Obras Públicas.



Se anunció además que se decidió aplicar un apercibimiento privado a los trabajadores, Alejandra Marina Hernández Núñez como Supervisora de Obra, Leticia Silva Flores como Subdirectora Administrativa y Arturo Velarde Martínez como Subdirector Técnico. A la Tesorera Municipal, sólo un jalón de orejas y un exhorto a “portarse bien para la próxima”.



La alcaldesa por esta ocasión no opinó nada al respecto, tampoco culpó a la regidora del PVEM, ni evocó las “tripas del pollo”. Sólo calló y escuchó la resolución en una actitud muy seria que parecía que esto le dolía más a ella que a sus funcionarios a los que sancionó con la “exorbitante” multa de entre 60 y 100 salarios mínimos.



Martha Magliano no estuvo presente, pues era inicio de clases y quizá su otro trabajo la requirió; Carlos Cervantes como es costumbre no acudió, como si su voto cambiara algo. Los regidores oficiales sólo aprobaron y no opinaron, pues parecía que momentos antes habían recibido el guión de su actuación en escena. Los de oposición pidieron explicaciones, pero les contestaron con un “ahí tienen a sus culpables, ¿eso querían no?”. He incluso como acostumbran a hacer las cosas, con mucha premura, declararon terminada la sesión y dejaron con la mano levantada a una regidora a la que ya no pudieron o no quisieron escuchar.



Sin discursos pretensiosos, sin anuncios pomposos, como si se tratara de un ritual funerario, asi Socorro Herrera Orta presentó a sus “presuntos culpables” a quienes enterró junto a las “tripas del pollo” en el ya extinto Relleno Sanitario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario