El arte, cultura y tradición se vieron entretejidos en uno solo, en la muestra del Pabellón Artesanal durante la Feria Nacional de la Huasteca Potosina. Tradiciones que perduran con el tiempo, colores matizantes, olores y sabores exuberantes fueron solo algunas de las expresiones artísticas que los artesanos compartieron con los visitantes.
Desde los bordados tenek de Aquismón hasta collares hechos con granos de café provenientes de la sierra alta de Xilitla, así como los bellos rebozos de Santa Maria del Río estuvieron a la vista del publico para su deleite.
Uno de los aspectos más destacados fue la participación de artesanos con costumbres y tradiciones muy arraigadas, como el caso de los Médicos Indígenas Tradicionales provenientes del municipio de Aquismón.
Según sus creencias forman parte de las 12 tribus que Dios esparció por toda la tierra. Descendientes de los Mayas, estos médicos tradicionales aprendieron de sus descendientes la elaboración de ungüentos, jarabes y tes de hierbas a base de elementos que encuentran en la naturaleza para la curación de males y padecimientos tan simples como diarreas, dolores de cabeza, gastritis hasta más complicados como diabetes, epilepsias, problemas gastrointestinales, anemias etc.
Debido a que sus métodos y tradiciones se vieron en riesgo de perderse fue como desde 1960 se formó el Consejo de Médicos Indígenas Tradicionales, integrado por 36 miembros en todo el estado.
Otra de las exposiciones más destacadas fue la presencia de expositores de Tonala, Jalisco; las piezas presentadas fueron coloridas catrinas elaboradas en papel maché y barro, pintadas a mano con colores vegetales extraídos de las flores por artesanos tonaltecas. Estas figuras de catrinas eran piezas únicas pues cada una es elaborada por separado realizando un trabajo completamente único y diferente uno del otro.
Además había elegantes figuras decorativas de animales, payasos y muñecos; hojalatería y latón, con figuras de animales; vidrio soplado, en piezas de vajilla, juegos de agua, peces, gallos, y otros. Algunos dulces elaborados a base de leche y con forma de frutas y verduras coloreadas con pinturas naturales también fueron ofertados.
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La pintura la consiguen de los pétalos de las flores y de hojas de algunos arboles, las tonalidades se obtienen de la combinación de varios elementos que son mesclados y cnvertidos en polvo; que finalmente es utilizado para darle color a los guajes.
Los detalles como grecas y acabados, son realizados con un pincel especial de pelo de gato, que por su finura permite realizar trazados sobre el guaje, que le dan el toque final a la pintura. El brillo lo obtienen a través de un aceite especial que se aplica a los guajes con ayuda de un algodón, el cual frotan sobre la superficie de la pieza hasta que logran que la figura termine con un acabado que le da brillo, evita que se caiga la pintura además de darle un tono reflejante.
Desde el siglo XVII a través de los abuelos este conocimiento ha sido pasado de generación en generación, entre las comunidades de Guerrero.
Finalmente una de las expresiones más locales, los bordados de las mujeres de Tampamolón, que a este tradicional trabajo le han agregado un toque moderno que ha permitido transformar estas piezas artesanales en cómodas prendas de vestir elaboradas por un grupo de 19 mujeres que elaboran a mano estos bordados en punto de cruz.
La tradición que nació desde las abuelas, hoy ha sido revivida pues a su bordados les enseñaron a darle forma de blusas, faldas, vestidos, playeras, diademas y bolsas para celular, de manera que resulten aun mas atractivas para los visitantes.
Estas sólo fueron algunas de las expresiones artísticas más destacadas del Pabellón Artesanal, donde se pudieron ver conjugadas muchas expresiones de arte, cultura y tradición.
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