viernes, 11 de febrero de 2011

La sana admiración de la niñez


Por Marcelo Ernesto Tovar Zanella

Como si se tratara de sus mas grandes héroes, como si de pronto sus figuras de acción cobraran vida, los niños y niñas de la primaria Daniel Delgadillo ubicada en la zona noroeste de la ciudad, corrían detrás de los elementos del 45 Batallón de Infantería en busca de un autógrafo o hasta un simple saludo.

Había culminado ya en ese momento el primer simulacro contra balaceras que se implementaba en un plantel educativo, y los infantes después de recibir una rápida cátedra de prevención; corrían tras los elementos como si fueran los fans de una estrella de rock.

Vaya contraste el que se daba ahí, mientras niños y niñas gritaban emocionados “hola señor soldado”, algunos vecinos del sector veían con cierta incertidumbre la presencia militar. Algunos se asomaban por las ventanas de sus casas como diciendo ¿militares? ¿Dentro del plantel? ¿Qué habrá pasado?, pues la situación que vivimos nos hace pensar que la presencia militar podría estar ligada a una “situación de riesgo” o balacera pues, a las cosas hay que llamarlas por su nombre.

Sin embargo los elementos del 45 Batallón relajaron la disciplina un rato y convivieron con estos pequeñines como queriendo crear ese vinculo con ellos, para de algún modo otorgarles confianza y representar ante ellos una figura de autoridad, respeto, admiración pero sobre todo de protección.

El profesor Héctor Luís Álvarez Padilla, director del plantel, fue el primer valiente que junto a los padres de familia rompió el temor a hablar de simulacros contra balaceras, pues dijo que el sector educativo no podía hacer como que no pasaba nada.

Bravo por el director, bravo por los padres de familia, bravo por el 45 Batallón, pero la ovación se la llevan esos chiquitines, por que este será el primer paso para construir una cultura de la seguridad; y no tanto por que se les deba enseñar a tirarse al piso para evitar una bala, si no por el hecho de la PREVENCION, la cual debe ser el tema base para el “combate” a esta guerra que no parece tener fin.

Mientras tanto bien por los niños y niñas de la Daniel Delgadillo, que con su inocente admiración le hacen un justo reconocimiento a la importantes labor del Ejercito Mexicano.

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