miércoles, 19 de enero de 2011

El fracaso de la readaptación II



Ultima Parte
Por Marcelo Ernesto Tovar Zanella

¿Se castiga el delito o la pobreza?

“En este lugar maldito, donde impera el dolor y la tristeza; no se castiga el delito, sino se castiga la pobreza”: Texto anónimo en la Penitenciaría de Lecumberri


El controvertido sistema penitenciado mexicano se encuentra bajo un gran debate en el sentido de la readaptación, ahora llamada reinserción, y su efectividad ante el gran porcentaje de reincidencia que se presenta en todo el país.

Sin embargo dentro del debate la pregunta que mas resalta es ¿a quien castiga el sistema penitenciario en México?, acaso castiga el delito o en realidad condena la pobreza.

Es conocido por muchos que han pasado por un proceso de este tipo que la justicia es ciega pero también es muda y sorda, además de tener la mano bien abierta y extendida.

Durante el mes de octubre de 2010 Sócrates Amado Campos Lemus, un miembro activo durante el movimiento estudiantil de 1968, presentó su libro Que Hablen Los Presos, en donde hizo una clara denuncia al sistema penitenciario al señalar que no se castiga el delito sino la pobreza. Aseguró que la ciudadanía desconfía de la justicia, las instituciones, las leyes y los defensores de oficio pues aseveró que el sistema utiliza todos los anteriores para encerrar a sus enemigos, de los políticos, o del empresario poderoso.

La saturación de las cárceles en México obecede también a que la gran mayoría de la población recluida, se encuentra ahí por robos simples como lo reveló un estudio realizado por el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE).

Este estudio que realizo encuestas en los penales de Morelos, Estado de México y el Distrito Federal arrojo que las condenas y la prisión recaen en sumatoria en las clases sociales y económicas de menor nivel o menos favorecidas. Las cifras del estudio señalaron que una buena parte de la población que ahí se encuentra tiene condenas por robos simples: 25% por robos de menos de mil pesos; cerca del 50% de menos de 6 mil, y sólo 5% por más de 75 mil. Los condenados no son quizás los mas peligrosos y elaborados delincuentes sin embargo uno de los autores de dicho estudio manifestó que son quienes no contaron con los recursos suficientes para corromper a las autoridades o lograr montar una defensa adecuada que solventara su situación.

Los privilegios dentro de los centros de reclusión están a la orden del día producto de la corrupción, el pago de cuotas para obtener mejores condiciones o inclusive beneficios de pre-liberación son comunes.

La suma de todos los reos que purgan ahí su condena o que en muchos otros casos aun están a la espera de un juicio condenatorio son delincuentes menores, pues los grandes líderes de las bandas, las mentes maestras de la delincuencia o lo pesados son solo escasos. El resto están integrados por personas que orillados por la marginación, la pobreza o el hambre optaron por delinquir ante la falta de opciones dentro de un decadente sistema de gobierno.

Ana García Aguilar, integrante de Presunción de Inocencia en México dijo que se tocado el tema de permitir la introducción de las cárceles privadas en el país que manejen otro método de reinserción y que sean mas efectivas, sin embargo en países como Sudáfrica y Estados Unidos aun cuando se establecen estándares para la reinserción y l trato mas humano a sus reclusos; las cárceles privadas se han transformado en negocio debido a la corrupción incentivando de esta manera el encarcelamiento, lo que es completamente contrario al proyecto en el que ella trabaja.

El estudio del CIDE, concluyó que el sistema penitenciario mexicano se encuentra en una profunda crisis originada por la saturación de sus penales y reclusorios. Lo que incapacitó al sistema para lograr la reinserción social de los inculpados.

Diversas organizaciones y estudios proponen un cambio en la legislación tanto de la federación y sus localidades, incluso ponen de ejemplo los servicios sociales a los que son obligados ha llevar acabo los que cometen alguna falta al orden publico en otros países, con el fin de evitar un encarcelamiento innecesario que genere costos mayores al de por si debilitado erario publico.

Sin embargo mientras la sombra de la corrupción exista será difícil que el sistema penitenciario mexicano logre alcanzar su objetivo principal de la reinserción social.

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